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Muchos empresarios cuando llega el momento de plantearse hacer la web para su empresa, se ponen en contacto con otras empresas. Estas otras empresas dedicadas y especializadas al mundo de la tecnología les ofrecen una solución que se ajuste a las necesidades de su empresa y acompañando esa solución una oferta de mantenimiento que suele reflejarse como un pago mensual o un pago anual.

En muchos casos, la gran duda es «pero esto del mantenimiento ¿que es? ¿que haceis? ¿para que sirve?». En efecto, en teoría una página web cuando se publica se podría llegar a pensar que no debería de tener por que dejar de funcionar nunca, se supone que es un producto digital, algo procedente de una ciencia determinista. La realidad es que las webs en los últimos años han ido ofreciendo cada vez más capacidades interactivas: comentarios, compartir en redes sociales, el «me gusta». Una página web cuantos más elementos interactivos tiene depende y funciona sobre más tecnologías distintos. En algunos casos implementadas a medida y en otros casos aprovechando soluciones de terceros.

Esto hace que el funcionamiento de la web cada vez sea más y más complejo. Cuando tu cargas una página web, esta página web recibirá tu petición, preparará todo lo que tiene que visualizar, mandar información sobre tu visita a un sistema para recoger estadísticas de visita (Google Analytics) y finalmente se mostrará en tu navegador, añadiendo además una serie de información al navegador para indicarle como se debe de comportar la página (animaciones, menús desplegables, aspecto de la web).

Este proceso periódicamente hay que ir revisando que esos factores externos a la web no cambian. Hay que comprobar si los navegadores siguen mostrando correctamente la web, hay que comprobar si esa página que utiliza paypal necesita cambiar algo para adaptarse a alguna nueva especificación de paypal, vigilar que hay versiones nuevas disponibles de todos esos programas que hacen que tu web funcione. De esta forma se evita que la web un día no funciona o funciona incorrectametne.

¿Sabes otra ventaja? Hoy en día toda página recibe ataques periódicamente. Estos ataques tratarán de hacerse con el control de tu página para mostrar contenido no deseado o desde donde está alojada la página enviar correos electrónicos de dudosa legalidad. Cada vez que se actualiza todo de lo que depende de la web, hace menos improbable que este tipo de ataques puedan tener éxito. Por que esos ataques suelen intentar aprovecharse de errores que se descubren. Además de que en cada revisión que se hace a la web se compruebe con ayuda de un antivirus y otras herramientas que en efecto nada malo ha pasado con la página.

Muchos empresarios cuando llega el momento de plantearse hacer la web para su empresa, se ponen en contacto con otras empresas. Estas otras empresas dedicadas y especializadas al mundo de la tecnología les ofrecen una solución que se ajuste a las necesidades de su empresa y acompañando esa solución una oferta de mantenimiento que suele reflejarse como un pago mensual o un pago anual.

En muchos casos, la gran duda es «pero esto del mantenimiento ¿que es? ¿que haceis? ¿para que sirve?». En efecto, en teoría una página web cuando se publica se podría llegar a pensar que no debería de tener por que dejar de funcionar nunca, se supone que es un producto digital, algo procedente de una ciencia determinista. La realidad es que las webs en los últimos años han ido ofreciendo cada vez más capacidades interactivas: comentarios, compartir en redes sociales, el «me gusta». Una página web cuantos más elementos interactivos tiene depende y funciona sobre más tecnologías distintos. En algunos casos implementadas a medida y en otros casos aprovechando soluciones de terceros.

Esto hace que el funcionamiento de la web cada vez sea más y más complejo. Cuando tu cargas una página web, esta página web recibirá tu petición, preparará todo lo que tiene que visualizar, mandar información sobre tu visita a un sistema para recoger estadísticas de visita (Google Analytics) y finalmente se mostrará en tu navegador, añadiendo además una serie de información al navegador para indicarle como se debe de comportar la página (animaciones, menús desplegables, aspecto de la web).

Este proceso periódicamente hay que ir revisando que esos factores externos a la web no cambian. Hay que comprobar si los navegadores siguen mostrando correctamente la web, hay que comprobar si esa página que utiliza paypal necesita cambiar algo para adaptarse a alguna nueva especificación de paypal, vigilar que hay versiones nuevas disponibles de todos esos programas que hacen que tu web funcione. De esta forma se evita que la web un día no funciona o funciona incorrectametne.

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