Todos los que trabajamos en este sector lo hemos vivido, en una de las revisiones rutinarias que haces a sala, para comprobar que no hace calor/frío, que las azafa@s están en su puesto…en definitiva que todo marcha bien, de repente ves como falla la presentación del ponente de turno, ‘el vídeo no va’ dice…y todas las miradas se dirigen al técnico de audiovisuales que está atendiendo la sesión.
El asegurar la calidad de los medios audiovisuales en una reunión científica es o debería ser un requisito básico.
Los audiovisuales de un congreso son uno de los servicios que cuando funciona bien ni se nota, casi pasan desapercibidos, pero si algo falla…horror!. Horror cuando no se escuchan los micros, horror cuando se acopla el sonido, cuando no funcionan los vídeos, cuando la presentación no se ve, cuando no hay un técnico que ayude con ese micro de solapa, etc etc…por eso hay que asegurarse de que, sea un congreso austero o un congreso con medios, los equipos audiovisuales sean los adecuados, cubran las necesidades requeridas y funcionen correctamente. Por eso una recomendación profesional es huir del cada vez más habitual «el proyector ya lo consigo yo». Además, es importante tener una previsión por si algo falla, porque las cosas (y más las de este tipo), a veces fallan, aunque hayan sido probadas antes de entrar en acción.
Más allá de esto, en cuanto a los tipos de montajes que nos podemos encontrar, una vez más los límites los pone la propia imaginación y sobre todo, el presupuesto! Podemos pasar de una reunión con un equipo de proyección y sonido básico a otro en que la escenografía se imponga: una trasera de LED combinando imagen y animaciones con pantalla gran formato para las presentaciones y realización de vídeo con la imagen del ponente de turno, gobos e iluminación del auditorio con cambio de color creando un espacio envolvente y de diálogo en el que el público es parte de la escena.
Las posibilidades son infinitas! ¿Crees como nosotros que es fundamental apostar por unos audiovisuales de calidad?