Desde la llegada de los smartphones y especialmente de los dispositivos Android y los iPhone, se ha visto una importante explosión en la aparación de miles de apps móviles. Inicialmente se desarrollaban como aplicaciones nativas para Android o para iOS. Más adelante como era muy costoso el desarrollo exclusivo para ambas plataformas, más una versión web o incluso una versión para PC de la aplicación, se empezó a trabajar en el uso de tecnologías web anidadas dentro de una aplicación.
En este paso, al principio basicamente se lanzaba una aplicación que lo único que hacía era lanzar una vista web de una web que realmente tenía la aplicación por dentro. Más tarde se empezaron a trabajar en librerías que a esa «web» y ese código javascript tuviese acceso a funciones propias del sistema operativo de los dispositivos. A pesar de que inicialmente no mostraban un comportamiento precisamente perfecto o un rendimiento genial… especialmente en situaciones en las que la interfaz tenía que manejar un gran volumen de datos.
En los 2 últimos años las tecnologías web (HTML5, CSS3 y JavaScript) fueron convergiendo para ofrecer una solución 100% eficaz para dispositivos móviles, especialmente con soluciones tipo Electron (más pensada para PC pero válida para móvil) o Ionic; o incluso combinaciones de ambas.
Dentro de la situación actual, una aplicación progresiva es construir aplicaciones web que cuando son lanzadas desde el navegador de un dispositivo simplemente se comportan como una aplicación nativa. Lo cual sería el siguiente paso, haciendo que esta clase de aplicaciones no sea necesario instalarlas.
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